viernes, 22 de octubre de 2010

Entre carniceros y cirujanos

Cuento uno


A la mamá de un amigo, la llevan a la clínica; por el cuento de que el cirujano es muy bueno en su materia, pero no puede operar en el hospital, porque los insumos, el hacinamiento, la poca luz, las condiciones antihigiénicas, no le permiten operar; pero que en la clínica el es un tigre. Los familiares como pueden rebuscan los seguros, venden la casa, los cochinos, las gallinas, la nevera, la medallita de la virgen, eso sí, salvan el televisor.


El médico nunca dijo que la señora tenía cáncer incurable; la operó, y cuando ya no le quedaba ni un centavo, los dueños de la clínica fueron burda de sinceros: señores es mejor que se la lleven al hospital o a la casa; no hay nada que hacer, va a morir. Fueron perfectos en el diagnóstico final.


Cuento dos


El INDECU, encargado de proteger al consumidor, dice estar de manos atadas, pues, según ellos, no hay acaparamiento y todo el mundo está produciendo a full chola, lo que pasa es que estamos comiendo mucho y no hay la capacidad para satisfacer la demanda, por lo tanto es razonable que seamos especulados, gracias a los efectos de la oferta y la demanda.


Cuento chino (Que contaron unos dueños a unos funcionarios).


La leche no existe en los anaqueles, según el INDECU, por que los chinos y los iraníes, se están llevando la totalidad de la producción mundial, la cual según ellos, ya era escasa. (un datico sobre la escasez de leche que alguien más debería aprenderse para que no diga tonterías: los productores de leche del mundo, ya no encuentran que mecanismos utilizar para eliminar el exceso de leche que se produce diariamente en el planeta, y así sostener los precios altos que le permiten la máxima ganancia, pero la bestialidad del capitalismo da para eso y más, la transnacional Monsanto, que es la mamá de los productores de venenos del mundo, inventó una vacuna para que las vacas produjeran más leche, generando como consecuencia una epidemia de mastitis. Lo que da como resultado leche contaminada a nivel mundial;, consulte la película Las Corporaciones). Pero qué se puede esperar del INDECU, que es una institución creada por el capitalismo para enseñar a consumir bien, bastante y a precios “justos”; si partimos de que el problema es el consumismo, entonces el INDECU es parte del problema; no puedes pedirle peras al horno, como dijo nuestro máximo “filósofo” maracucho.


Cuento tres.


El carnicero y su carnicería, saben que la carne de segunda está regulada, colocan el precio en la entrada y cuando se la vamos a comprar, nos dicen muy diligentemente: ojo, lo del precio regulado es para que lo vea el INDECU, a usted le sale en precio liberado de cuarta república, módicos 17 mil bolos, eso sí, en lo que pague se devuelve y me deja la propina por el excelente servicio que le estoy brindando. Cuando uno coge soberanísima arrechera, el dependiente que se cree dueño, te dice, déjela ahí, que esa no se vara, sobra quien la compre. El INDECU sabe que el precio afuera no es el correcto, pero según ellos el comerciante está cumpliendo la ley, al mostrar de forma pública los precios de lo que expende, sólo se dirigen de manera camuflada al local; si las denuncias son muchas, cierran el local, pero ellos, el INDECU, dicen de forma descarada, que los comerciantes tienen presupuestadas las multas, y los cierres y al igual que el IVA, se lo transfieren al consumidor final; es decir compañero de consumo; no se emocione mucho cuando cierren un negocio, porque usted y nosotros, pagaremos en definitiva, los platos rotos.


Otro cuento


El carnicero y el cirujano están en la conspiración, tienen conciencia de que están robando. El cirujano y el carnicero, están defendiendo sus intereses, son dueños.


El carnicero, el cervecero, el arepero, el buhonero, repiten el mismo discurso del dueño de las televisoras y las radios y los periódicos, el desabastecimiento, la escasez, no hablan de especulación, ni de acaparamiento; los economistas, los abogados, los periodistas pregonan la ineficacia del gobierno. Los ministros se enfrascan en combatir desde el televisor, la radio y los periódicos; diciendo que es mentira, que no hay ninguna conspiración, que todo marcha bien, que el único problema es la habladera de paja de Marcel y su títere, que no hay quinta columna, que a la CIA sólo le interesa defender al sátrapa de Posada Carriles. Aquí están las cifras, del mucho consumo y la máxima producción, hay un superávit; como que si no fuera fácil anotar en un libro, otras cuentas; todos se conforman con que el empresario ladrón les enseñe un libro de cuentas, y salen a decir que se está produciendo demás.


No sigamos con los cuentitos


Somos ignorantes, pero sabemos cuando nos engañan; ahora sabemos que nos están engañando con lo del superconsumo, sabemos y tiene tiempo sucediendo, que los empresarios en complicidad con políticos, religiosos, y profesionales de toda calaña, están conspirando duro, se la están jugando, pero los supermanes funcionarios, no nos informan, sólo nos piden que nos la calemos, que mejor no compremos carne, que nos dejemos humillar, por el comerciante ladrón, y que si llega un once, daremos un trece, ¿pero es que acaso no es mejor evitar el once?, ¿o es como siempre?; somos nosotros los que ponemos los muertos y los funcionarios se hacen los lomos e baba.


Nadie se queje después, de la misión Boves


Estamos con la revolución y de verdad, no con discursos o por cargos, estamos y acompañaremos a Chávez, a lo largo de este camino, que no es difícil, ni tortuoso, para quien ha sido explotado y humillado desde su simiente, pero no callaremos cuando la burguesía lanza zarpazos tan claros, no queremos que se repita el 1812, el 1814, donde la prepotencia de una clase ignorante, creía que podía derrotar a los españoles, sin el concurso de los indios, los negros y los demás pobres; no esperemos la misión Boves, que no es nada heróico llenar de sangre a un pueblo, porque se es débil ante las decisiones. Entréguennos las informaciones de los problemas, y les aseguramos como pueblo, que daremos las soluciones, la historia es clara, la independencia no fue posible sin nosotros. Tampoco lo será la desaparición del capitalismo.

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