viernes, 22 de octubre de 2010

La máscara parcial del periodismo burgués

Está terminando la máscara parcial del periodismo burgués, y para nosotros los pueblos pasará como después del invierno, sólo quedarán las aguas claras del río y las caramas del verano para la buena pesca.


Antes de empezar esta descarga, deseo aclarar términos.


Entiendo por periodista a aquellas personas que inicialmente trabajaban en medios impresos, informando de manera diaria o periódica, a través de sus escritos, a los posibles compradores, bien de objetos o productos, bien de ideas. Pasado el tiempo se siguió designando a toda persona que redactara para cualquier otro medio, sea radio, televisión, Internet, y cuanto artefacto le sirva al capitalismo para vender o comprar sus mercancías. Hoy ya no son simples informadores de sucesos, con distintas técnicas, sea artículo, reportaje, noticia, crónica, también y fundamentalmente son anunciadores de productos, maquilladores de hechos, que sin ninguna vergüenza se venden al mejor postor. ¡Aquí ha saltado, mi amiga, la excepción de la regla! Es verdad, en toda la historia ha existido la excepción y puede rendírsele un merecido homenaje a todas aquellas personas que diariamente han muerto y mueren o son encarceladas en el mundo por justamente no hacer lo que la regla reclama, que es venderse en cuerpo y alma ejerciendo la profesión de periodistas.


No conozco a ningún periodista al que se le haya reconocido grandeza por jalar bolas o venderse; que han vivido cómodos haciendo crónicas y discursos complaciendo al poder empresarial y estadal, es verdad.


Desde que alguien quiso imponer a otro su idea, usó todos los medios a su alcance, y el fin del poder siempre los justificó, bien la piedra, la espada, la macana, la religión, el arte; hasta hoy, que con los más sofisticados medios tecnológicos se han impuesto aberraciones inimaginables, no sólo en el cuerpo (tortura, muerte y degradación), también en la mente con la idiotización masiva, para vendernos cuanta mierda se le antoje a los dueños.


Saber con certeza cual fue la primera persona de la historia que informó honestamente sobre un hecho, sin que primara el interés del poder, no lo sabemos (y quien lo diga, estará siendo un escritor de gran imaginación, pero no un investigador de la información veraz.) Lo que si sabemos con precisión es que cuando surgieron los empresarios de la información, los informadores de todos los signos y por todos los medios, se convirtieron en asalariados, que con el transcurrir del tiempo, el interés de los empresarios y los gobiernos por darse publicidad para vender los productos unos y cultivar una buena mentira (imagen) los otros, la gran mayoría de los asalariados se torno palangrista. Con el llamado comunicador moderno o posmoderno o globalizado o neoliberal; institucional o corporativo o académico. Pero aún más, éstos personajes llamados comunicadores, cobran mercenariamente por planificar y ejecutar en nombre de sus amos el asesinato de la verdad, afectando la vida de millones de seres; bien condenándolos al escarnio público o enfermándolos de falsa conciencia. El palangrismo se encumbró como el arte de jalar bolas, a veces rústico, a veces bien hilado como ningún otro en el planeta.


Otro término que aclaro es el de “Medios de Comunicación Social” Los medios ni comunican, ni son sociables, porque informan y tienen dueños y porque en última instancia, no son bocas, ni poros, ni lenguas, ni abrazo, sólo son máquinas manejadas por asalariados, (que se creen protagonistas) diseñadores, correctores, montadores, diagramadores, prensistas, periodistas, informadores, locutores, animadores, payasos, actores que transmiten por diversas técnicas lo que a los dueños les conviene. Aclarado este término debo decirme que no existen los comunicadores sociales, porque la comunicación es una interrelación dinámica en vivo y no en directo o diferido, entre dos o muchas personas que de acuerdo o en desacuerdo conversan o se dan coñazos, cuando se rompe la comunicación y esto ocurre y desocurre cotidianamente, en la lucha de clases que vivimos, sin que prive medio alguno.


Entonces los medios son artefactos que se usan para vender cosas o ideas, y de vez en cuando o siempre, se nos informa o se nos mete miedo, sobre lo que debemos o no debemos hacer.


Las profesiones nombradas anteriormente, se han asignado poderes que no tienen, y hasta han llegado a creer en su arrogancia (de clase media) que sin ellas, el mundo no existiría, ese mundillo ha creído que forma parte del cuarto poder, como que si de verdad así lo fuera, obviando olímpicamente que los dueños existen, y no precisamente sólo los de los medios y palangristas sino los dueños de las fábricas, de cuanta basura consumimos en este mundo, o nos tiran por el lomo, como las bombas de racimo, o atómicas, o las mamás o papás de las bombas, gringas, chinas, o rusas.


Los dueños del mundo usan bienes que se deben usufructuar colectivamente, porque por la vía de la fuerza y no por su bonitura o razón, se han apoderado de ellos y luego han creado leyes, que hacen aparecer como natural esa violencia contra todos; uno de esos bienes, es el espectro radio-electro-magnético, pelético y pelempempudo, las calles y carreteras, los caminos, el aire, los árboles, los mares, los ríos, y todas los demás espacios por donde va la red de propiedad de los dueños, que en Venezuela ya nadie quiere calarse, como no sean los dueños mismos y sus fanáticos seguidores.


A pesar del miedo, la ignorancia y el hambre, una gran porción de las personas que habitamos este país, hemos decidido cambiar, pero los dueños no lo quieren y se han atrincherado en su poder, pero como eso no basta, han dado un golpe de Estado, un paro petrolero; han asesinado campesinos, obreros, han quemado cosas y personas; se han robado las divisas, han disminuido la producción; eso ha traído como consecuencia el avance del proceso; una gran parte del ejército o las fuerzas armadas ya no les pertenecen, aunque hay algunos que quieren seguir teniendo dueños; se ha recuperado tierra, aunque todavía se sigue produciendo individualmente y en el concepto de la macro producción, se han expropiado fábricas, aunque se sigue produciendo bajo el concepto capitalista y ahora acaban de perder una batería muy importante de ametralladoras llamado RCTV, que los tiene calientísimos.


Perdida la calle, los cuarteles, neutralizado, parcialmente, su aparato de propaganda y perdido uno de sus baluartes, apela a una entelequia llamada la academia, la educación, las universidades, su autonomía, la libertad de expresión, de prensa; en su nombre voltean la bandera, patean símbolos y cobardemente dicen ¡Help, Help! Sin todavía empezar la verdadera batalla.



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