viernes, 22 de octubre de 2010

Sembrando otra manera de vida

Quien no se calce los pantalones de la unidad, en estos momentos, es claro que no entiende lo de los diversos planos en que ocurre una revolución, o tiene prisa por asumir cuotas de poder, o no tiene la paciencia ancestral de los campesinos, los obreros, los indígenas, que hemos soportado quinientos años de opresión y no de película, la real y verdadera.


El enemigo hoy, usará el hambre antigua en las mayorías para quebrar el deseo de transformación que habita en todos nosotros, usará el manido tema de la corrupción para que no pensemos en revolución; entiendo que la corrupción existe porque es inherente al sistema capitalista, es su ética y alarma de muerte, no tiene nada que ver con la revolución, pero el enemigo intentará hacer creer, que nació en estos tiempos revolucionarios.


Estamos entrando en una etapa de la revolución en donde está por concluir uno de sus planos y ya comienza a manifestarse en el gran cuerpo colectivo la necesidad de iniciar el próximo.


Esta es una revolución dijimos una vez porque no se parece a ninguna de las cosas que ideológicamente se pensó y se creyó; porque no es como los experimentos que en nombre del Socialismo y el Comunismo se han practicado hasta ahora, y sobre todo porque ninguno de los sabios sabe qué es.


Por ejemplo: muchas personas desean que mágicamente se resuelvan los problemas, que se acabe la corrupción, que le den trabajo a todo el mundo, que le den estudio, comida, casa, diversión, ropa y calzado y sexo; que se repartan las riquezas, sin que nadie haga nada. Claro está, como no ocurre en las proporciones exigidas, entonces se dan las soluciones aún más mágicas: que fusilen a los corruptos, que hagan mas cárceles, que cambien a los ministros, que pongan gente capaz, que aumenten sueldos, que se trabaje de gratis, que ganemos las olimpiadas, que Rudy Rodríguez llore por mí, y todo eso lo queremos en el capitalismo que siempre nos ha jodido; el otro día unos compañeros campesinos exigían al INTI, que les firmara pronto los papeles de su tenencia de tierra, porque si caía el gobierno ellos ya tenían asegurada su propiedad; mágicamente se les olvida, que si el gobierno cae, es decir si dejamos que la revolución fracase, la patá que les va a clavar el terrateniente los pondrá en orbita no del planeta, sino de la galaxia, con todo y papelito de propiedad.


Este año de 2006, es un año en donde se ha consolidado a nivel internacional la necesidad de producir en el planeta, una revolución que de al traste con el sistema capitalista; y ya se perfila como necesidad, pensar en otra manera de producción, esta tarea la ha realizado muy bien el presidente Chávez con un comprometido equipo de revolucionarios que comprendieron que una revolución no es posible en un solo país, que no es posible fortaleciendo las mismas instituciones creadas por el capitalismo, tanto nacional como internacionalmente; esta tarea, en apariencia, ha creado cierto desinterés en los asuntos internos, produciéndose un sin fin de hechos que es necesario analizar para poder avanzar en la preparación de la revolución cultural urgente y necesaria.

Pero antes hace falta que conversemos algunas cosas; comentarios como “Qué hace Chávez regalando dinero en el extranjero, en vez de preocuparse por los niños de la calle”, “cuando van a reparar las calles, en vez de regalar nuestro petróleo”, “Chávez le regaló todo nuestro petróleo al imperialismo” “en esos viajes, Chávez lo que hace es gastarse nuestro dinero, en vez de usarlo para reparar escuelas y hospitales,”. Se cuelan en los periódicos, radios y televisoras del poder, regándose en todos nuestros barrios como veneno ideológico, que al final, dirigentes comunales o descuidados revolucionarios, se hacen eco, y se convierten en sus repetidores, sirviéndole de parlantes gratuitos al enemigo. Como será que en estos días, un compañero, obrero de la imprenta, me estaba contando que a Chávez lo entrevistaron en Al Yasira, la televisora catarí y otro compañero que no escuchó bien, saltó y nos dijo: “ahí tá, eso es lo que digo yo, qué hace Chávez hablando con Shakira en el Medio Oriente”


En este año nos toca cerrar un ciclo, otro plano comienza, debemos entender lo que nos ocurre, por ejemplo: ninguna revolución ocurrida anteriormente a la nuestra pudo resolver el problema de la corrupción, porque diversas razones lo evitaron. Nosotros (el pueblo) hemos puesto en evidencia no sólo la corrupción, sino la ineficiencia de los discursos, tanto de la derecha como de la izquierda; hemos desnudado y puesto a la luz pública, todas las lacras de la ética y moral del capitalismo; nos consta que el equipo revolucionario, ha hecho un esfuerzo buscando por la vía de los hombres y mujeres a los mejores, y nos hemos dado cuenta que no es ese el problema, como tampoco que deben ser profesionales impolutos, o intelectuales, o campesinos u obreros, honestos o deshonestos, se trata de buscar las causas reales del problema, a nuestra manera de ver en eso consiste una revolución, en pensarnos de otra forma, en otra manera de vivir, de producir, no se puede andar criticando a los demás sobre la contaminación, mientras continuemos instalando fábricas contaminantes.


También en estos siete años se ha demostrado hasta la saciedad, que la cacareada eficiencia, calidad total, y organización de las empresas privadas, no es más, que el más grande de los fraudes en la historia de la humanidad, sostenido por la plusvalía o dinero que nos roban, y luego vendido al colectivo como el último guarapo e caña del trapiche. Mientras el Estado en su ignorancia operacional intenta organizar a la sociedad, el caos y la anarquía productiva privada o pública, desbarata todo intento de país y siempre nos devuelve a la mina que somos.


Otra cosa demostrada es que la formación de la escuela capitalista nos sostiene en su basural productivo, para muestra un botón de carey informativo: mientras nosotros dimos saltos novedosos de forma y fondo en el ámbito comunicacional, en marchas y concentraciones, en campañas electorales, el trece de abril, etc. que por cierto nos llamaron aficionados, en el otro lado, los profesionales de ese ramo nos devuelven al manual de lo privado, a lo individual, cada uno dueño de su medio, aun en cooperativa o llamándose comunitario o alternativo, cada quien por su lado. La terminología lo evidencia, el lenguaje separador y poderoso es pan de cada día en los medios nuevos, con el disfraz de amos buenos, “nuestros indígenas, mujeres, obreros, campesinos,” el “nosotros” es forzado, posado. La manía de querer ser mejores que los privados, conduce a los compañeros a preocuparse más por la tecnología, que de lo por decir, perdiéndose en una competencia sin sentido; en las marchas y concentraciones se demuestra, los grandes aparatos de sonidos y el reguetón reventándote las entrañas, mientras se te empelota el cerebro.


El próximo plano de esta revolución es su definición, cambiar el aparato de producción, su escuela, su salud, su deporte, su arte, su vivienda, su transporte y sus etcéteras.


No es posible continuar hablando de solidario, cuando el deporte, la producción, la escuela, los hospitales, el ejército, las iglesias, la vivienda, la familia, nos enseña en la práctica a competir, a zancadillar, a acumular, a salir todos los días a comernos el mundo, como si fuera una gracia.


El Socialismo no puede ser competitivo en ninguno de sus planos, porque sería sospechoso, el Socialismo, cuando lo construyamos como sociedad, debe mostrar otra cara, la no conocida, debe ser otra casa, otro deporte, otra manera de trabajar, de divertirnos, de comer de vivir, otra sociedad por la que tenemos que conversar bastante, por eso se hace imperioso sostener a HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS, coordinando estos haceres, porque los diez millones no son para ganar simplemente unas elecciones, es para demostrar que queremos cambiar, que queremos ser otras, otros, es para sabernos conciencia, es para constituirnos como pueblo revolucionario.


No hay comentarios:

Publicar un comentario